1. El
disco
duro
1.1 El modo UDMA (UltraDMA)
1.2 El caché de
escritura
de Windows
1.3 La fragmentación
1.4 Configurando el sistema
para optimizar el rendimiento en la edición de vídeo
2. La
tarjeta
capturadora
3. La placa base
4.
Aplicaciones en segundo plano
5.
Desincronización
de audio/vídeo
6. Modos
Overlay/Preview
7. Se
graba
el vídeo, pero no el audio
7.1 Seleccionando la
entrada
de audio correcta
7.2 Seleccionando la
tarjeta
de audio correcta
La mayoría de los problemas a la hora de capturar
están
dereviados de un equipo poco potente, (Ver ¿QUÉ
ORDENADOR SE NECESITA?) de alguno de sus componentes mal
configurado
o de ajustes equivocados en el programa de captura. Las
consecuencias
suelen ser pérdida de cuadros y/o degradación de la
calidad
de la captura. Aquí están unos consejos para intentar
que
todo salga bien.
1. El disco duro
No importa lo rápido que sea nuestro
ordenador,
si el disco duro es lento, se presentarán problemas. Los modos
DMA
y Ultra DMA suponen un importantísimo avance en la
competitividad
de los discos IDE, ya que hasta hace no tanto la edición de
vídeo
quedaba reservada a discos SCSI. En el modo DMA (Direct Memory Access o
aceso
directo a memoria) los datos pasan directamente al disco duro SIN PASAR
primero
por la CPU. La CPU no controla ni limita en modo alguno la velocidad de
transferencia,
sólo depende del disco duro.
Si nuestro disco duro es UDMA/66, UDMA/100
(más
que recomendable) o UDMA/133 debemos asegurarnos que dicha
opción
se encuentra activada en nuestra BIOS. Es más... lo primero que
deberíamos
saber es si nuestra placa admite discos de esa velocidad. Puede que
nuestro
disco duro sea UDMA/133, pero si nuestra placa sólo soporta
discos
UDMA/66 pues esa será la velocidad máxima a la que
trabajará. También hemos de asegurarnos que usamos cables
IDE de 80 conectores.
Ya sé que hoy día todos los cables que se venden son de
80,
pero si tenemos por ahí alguno de 40 pines, de esos de cuando
compramos
el primer ordenador y lo usamamos, tenemos garantizados los problemas.
Para asegurarnos de que el modo UDMA de la placa se encuentra activado entra en la BIOS (presionando, nada más encender el ordenador, la tecla "Suprimir" o F10 en la INMENSA MAYORÍA de las placas, en otras puede que sea F2) y mira dentro del menú "Integrated Peripherals" las opciones "Primary/Secondary Master/Slave UDMA" y asegúrate que están activadas (en "auto", normalmente).
*** Jugar con la BIOS es peligroso, si has cambiado algo de lo que no estás SEGURO, sal con la opción "EXIT WITHOUT SAVING" (salir sin guardar)***
Luego, visita la página del fabricante de tu placa y hazte con los controladores más actualizados (consulta el manual de la placa) En algunas ocasiones hacen falta unos controladores especiales proporcionados por el fabricante para poder activar la opción UDMA de nuestros discos duros en Windows.
Y hablando del tema... para editar vídeo
sólo
recomiendo Windows 2000 o XP y sus particiones NTFS. Para comprobar si
en
nuestro Windows 2000/XP el modo UDMA está activado en nuestros
discos
duros pinchamos en "Mi PC" con el botón DERECHO, vamos a
"Propiedades
-> Hardware -> Administrador de dispositivos -> Controladores
IDE
ATA/ATAPI -> Canal IDE Primario -> Propiedades ->
Configuración Avanzada" Ahí aparecerán los dos
dispositivos que hay conectados
al cable IDE Primario. En el ejemplo mi disco duro que tiene activado
en
modo UltraDMA, y un lector de DVD que sólo trabaja en DMA Ultra
Modo
2 (este modo es todavía inferior al UDMA/33)
Una vez terminada la configuración repetiríamos el
paso para
el IDE Secundario.
Para Windows 98/ME, si no recuerdo mal, la opción DMA se activa pinchando en "Mi PC" con el botón DERECHO -> "Propiedades -> Administrador de dispositivos -> Unidades de disco" haciendo doble click en una de las pestañas encontraremos la casilla DMA que deberemos marcar. Puede ocurrir que, tras marcar las casilla, reiniciemos y vuelva a aparecer desactivada. En tal caso, o bien nuestra placa o el dispositivo no soporta el modo DMA o bien necesitamos controladores para la placa base
1.2 El caché de escritura de Windows
Otro de los elementos que afecta a la captura es
el
caché de escritura de Windows. Aunque lo cierto es que a
mí
nunca me ha dado problemas, hay quién defiende a ultranza la
desactivación
del caché de escritura de Windows para evitar pérdidas en
la
captura. Explico brevemente.
La memoria caché está presente en
la
mayor parte de los componentes de nuestro ordenador: CPU, placa base,
discos duros, DVD's y CD-ROM's... La principal característica de
la memoria caché es su rapidez, muchísimo mayor que la
memoria convencional,
pero dado su elevado precio, se monta sólo en cantidades muy
pequeñas.
Al trabajar con un ordenador suelen haber una serie de datos que el
ordenador
procesa más frecuentemente. Si esos datos se guardan en un lugar
de
acceso fácil y rápido (la memoria caché)
aceleraremos
precisamente las tareas más usadas. Nuestro disco duro
también
cuenta con memoria caché. Con la memoria caché activada,
los
datos que se leen o se escriben pasan y se almacenan temporalmente en
la
memoria caché. Vamos a lo práctico... cuando capturamos,
si
tenemos el caché habilitado los datos van directamente de la
tarjeta
PCI que captura al caché del disco duro y de
ahí
pasan definitivamente al disco.
¿Porqué deshabilitarlo?
Está claro
que si queremos capturar DV, por ejemplo, nuestro disco duro ha de
aceptar,
como mínimo, una entrada de datos constante de 3,5 Mbytes/s.
Puesto
que la memoria caché es muy rápida, seguro que los
primeros
datos, los que se almacenan en caché, se capturarían
correctamente,
pero a partir de ahí, y dependiendo de lo saturado que vaya
nuestro
disco duro, puede que se vayan produciendo pequeñas
pérdidas
de cuadros (saltitos) cada vez que el disco duro no de más de
sí.
Es decir, hay un desfase de velocidades entre la memoria caché y
la
velocidad del disco duro. Por eso se suele recomendar desactivar la
escritura
caché para que la velocidad de transferencia de datos sea
REALMENTE
la velocidad de nuestro disco duro y no una mezcla caché+disco.
Esta opción la podemos encontrar, en
Windows
2000/XP pinchando en "Mi PC" con el botón DERECHO ->
"Propiedades
-> Administrador de dispositivos -> Unidades de disco" haciendo
doble
click y yendo a la pestaña "Directivas" en XP o a "Propiedades
de
disco" en 2.000
En Windows 98/ME la encontrarás pinchando en "Mi PC" con el
botón
DERECHO -> "Propiedades -> Rendimiento -> Sistema de archivos
->
Problemas -> Deshabilitar escritura de caché para todas las
unidades"
Imaginemos que vamos a comprar y que necesitamos un montón de cosas. Para no olvidarnos de nada, utilizamos una hoja de papel para confeccionar nuestra lista. Esa hoja podría ser "nuestro disco", es todo el espacio para escribir del que disponemos. La primera vez que la usemos no pasa nada, vamos escribiendo todo seguido mientras llenamos la hoja. Pero, aunque no la llenemos del todo ¿qué pasará en la próxima compra? La lista de la compra no será la misma, habrán algunas cosas que permanezcan porque siempre las compramos (pan, o el sistema operativo, por ejemplo) y otras que querremos cambiar. Habrán elementos que ya no queramos en nuestra lista (desinstalación de programas), así que los borramos dejando huecos como en la imágen de abajo.
Disco duro fragmentado
Ahora toca añadir a la lista los elementos nuevos que antes no teníamos (instalación o grabación de archivos nuevos). Por manías tontas, en lugar de seguir escribiendo a partir del último elemento, dónde tenemos aún mucho papel en blanco sin usar, decidimos volver a empezar desde arriba rellenando los huecos que dejamos antes con la particularidad que, si un elemento es demasiado largo y no nos cabe en un hueco, lo "repartimos" entre varios huecos fragmentándolo, diviéndolo. Cuando vayamos a leer esos elementos, no podremos leerlos de manera contínua, sino que tendremos que ir saltando de hueco en hueco leyendo fragmento a fragmento para poder leerlo entero. Nuestra velocidad de lectura se verá influída por:
- Nuestra velocidad de lectura máxima en
condiciones
normales
- El número de fragmentos en que hayamos
dividido
nuestro elemento de lectura
- La distancia a la que se encuentre un fragmento de
otro
- Nuestra velocidad de búsqueda.
Un disco duro fragmentado es siempre más
lento
que uno sin fragmentar, pero en el caso de la grabación o
reproducción
de vídeo dónde se alcanzan anchos de banda de hasta 32
Mb/s
es crítico que no hayan saltos. Aunque debermos defragmentar
nuestro
disco duro frecuentemente para que no baje el rendimiento del sistema,
la
mejor manera de tener un disco duro sin fragmentar para nuestras
capturas
*NO* es degfragmentándolo, sino creando una partición
NUEVA,
límpia como una patena, que dedicaremos en exclusiva a las
tareas
de captura, o si podemos permitírnoslo ¿qué mejor
que
un disco duro dedicado exclusivamente a la captura?
1.4 Configurando el
sistema
para optimizar el rendimiento en la edición de vídeo
Consulta el manual de copia/restauración
del sistema operativo. Reconozco que es un peñazo de manual,
un tanto complejo, pero te aseguro que merece la pena leerlo y llevarlo
a la práctica
La mejor opción, sin duda, es tener dos
discos
duros. Uno para el sistema operativo y otro para la captura, pero si
esto
no es posible, la solución "menos mala" es la de crear una
partición
para las labores de captura.
Lamentablemente, jugar con particiones es **MUY PELIGROSO**, y el riesgo de perder TODA la información de nuestro disco duro es realmente alta. Es más, en alguna ocasión he jugueteado demasiado con el MBR (Master Boot Record - sector de arranque maestro) y me he visto en la desagradable situación de no poder acceder al disco duro de ninguna manera. Es decir, con un disco totalmente inaccesible. Aunque al final siempre he consegido recuperarlo, en ocasiones es complicado porque realizar ciertos cambios sin aplicaciones especializadas es totalmente imposible. Así pues, no le recomiendo a nadie que experimente con particiones, a no ser que pueda arriesgarse a quedarse con un disco duro inaccesible, al menos temporalmente.
Jugar con particiones es MUY PELIGROSO, por lo tanto,
documéntate
bien antes de ponerte manos a la obra, ten preparadas copias de
seguridad
de lo que no quieras perder (posiblemente las necesites) y, si puedes,
contacta
con alguien que realmente sepa trabajar con particiones.
Si se va a trabajar con video "casero", es decir,
para
nosotros, no para difusión pública, en mi
opinión
principal diferencia entre una sintonizadora de TV de 70€ y una
capturadora
profesional de más de 600€ es la capacidad para trabajar
con
VHS. Las capturadoras profesionales lo trabajan sin problemas. Sin
embargo
muchas sintonizadoras tienen problemas de sincronización
vídeo/audio
(consulta el apartado 5.
Desincronización de audio/vídeo)
Es muy frecuente, además, que sintonizadoras baratas "añadan líneas" en los límites de la zona de captura, pero si, como digo, el vídeo será para verlo nosotros, familia y amigos más cercanos, puede que no merezca la pena pagar hasta 10 veces más.
La mayoría de sintonizadoras actuales
incorporan
el chip BT878 que permite capturar sin problemas en equipos no
demasiado
potentes a resolución 320x240. No obstante, es posible capturar
a
mayor resolución. En mi equipo (Ver ¿QUÉ
ORDENADOR SE NECESITA?) he conseguido capturar sin pérdidas
a
768x576 con AMCap en formato YUV2. No obstante, éstas tarjetas
presentan
una importante limitación en la calidad máxima de sus
capturas
(Ver Software necesario)
3. La placa base
Este es un elemento que no se tiene demasiado en
cuenta
a la hora de adquirir un equipo. Normalmente solemos elegir el tipo y
velocidad
de procesador, tipo y cantidad de memoria y el tipo y tamaño del
disco
duro entre otras cosas. Sin embargo, poca gente especifica la placa que
quiere.
Es un tema un tanto delicado porque no hay mucha información
disponible
acerca de las placas, pero hay la tira de marcas coreanas del tres al
cuarto
cuyas placas son auténticos cuellos de botella. Puede que los
elementos
del ordenador sean rápidos, pero si la placa no los comunica
eficazmente
el rendimiento del equipo caerá de forma notable y general. Si
todo
está configurado como debe y sabes de gente que captura sin
problemas
con el mismo equipo y configuración que tu, plantéate
seriamente
si el problema no está en tu placa base. Ten en cuenta,
además,
que usar el chip de sonido integrado en la placa base supone un consumo
de
CPU que podría hacer caer el rendimiento de tu equipo.
Puedes usar programas como SiSandra (http://www.sisoftware.demon.co.uk/sandra/
- http://kickme.to/FOSI/)
para comprobar el rendimiento de tu equipo. Tras realizar el test el
programa
te ofrece comparaciones con sistemas parecidos al tuyo para que
compruebes
si el rendimiento de cada uno de los componentes se encuentra al nivel
esperado.
4. Aplicaciones en
segundo
plano
Una de las cosas que más molesta de Windows son los eternos minutos que tarda en arrancar, incluso en equipos potentes. Todavía recuerdo que mi 486 DX/100 con 24 Mb de RAM y disco duro de 256 Mb tardaba 5 minutos y medio en arrancar Windows 95. Hoy, ordenadores 30 veces más rápidos pueden tardar lo mismo. Uno de los culpables es la fragmentación del disco duro (Ver 1.1 La fragmentación) pero otro "enemigo" importante son las aplicaciones que se ejecutan en segundo plano que además de perjudicar el tiempo de arranque hacen un consumo de CPU y memoria que puede poner en apuros las tareas más exigentes del sistema como la captura o edición. Muchas aplicaciones tienen la manía de ejecutarse por defecto al inciar Windows (a veces es difícil impedirlo) Con Windows recién instalado y pocas aplicaciones en el sistema su efecto no es demasiado notable, pero conforme pasa el tiempo y las aplicaciones se acumulan en nuestro disco duro, un sinfín de aplicaciones en "segundo plano" se van situando junto al reloj hasta llegar casi al botón de inicio.
Las consecuencias de permitir que estos "parásitos" proliferen en nuestro equipo son las siguientes:
- Incremento notable en el tiempo que tarda el
sistema
en arrancar
- Consumo considerable de memoria
- Ralentización en la ejecución de
aplicaciones
- Reducción en el espacio en la barra de
tareas
para ver las aplicaciones que tenemos abiertas
No hay ninguna manera "estándar" de impedir que estas aplicaciones se ejecuten al iniciar, hay que ver las opciones de cada una y tratar de desactivar la opción de cargar al inicio (load on start). Algunas de ellas se sitúan dentro de la carpeta "Inicio" -> "Programas" -> "Inicio". Eliminándolas de esa carpeta, en la mayoría de ocasiones, conseguiremos evitar que se ejecuten al inicar. También podemos teclear "regedit" en "Inicio" -> "Ejecutar" y buscar la cadena "HKEY_LOCAL_MACHINE\SOFTWARE\Microsoft\Windows\CurrentVersion\Run" Ahí podremos encontrar la mayoría de los programas que se ejecutan al inicar Windows.
NOTA: En Windows XP, no sé en otras versiones, si vamos a Inicio -> Ejecutar -> msconfig podremos ver en la pestaña "Inicio" con TOTAL EXACTITUD todo lo que se ejecuta al iniciar Windows y, desmarcando la casilla, podremos desactivar todo lo que no queramos.
Para los programas más "duros" que no logramos evitar que se cargen al inicar Windows podemos hacer lo siguiente:
- En Windows 9x/ME: Pulsar COTROL+ALT+SUPRIMIR. En la pantalla que aparece podremos consultar las aplicaciones que se están ejecutando en ese momento y finalizar las se ejecutan en segundo plano pinchando en la aplicación y a continuación en "Finalizar tarea". Si cerramos algún programa necesario para el sistema operativo por error posiblemente Winndows se colgará, pero no pasa nada más (ya lo hace el solito, por una más...)
- En Windows 2000, XP: Presionando
CONTROL+MAYUSCULAS+ESC
aparece el administrador de tareas. En "Aplicaciones" aparecen las
aplicaciones
(perdón por la redundancia) que se están ejecutando en
PRIMER
plano. Es en "Procesos" dónde debemos mirar. Ahí tenemos
todos
los programas que se ejecutan en este momento. Seleccionamos la
aplicación
en segundo plano que queremos cerrar y pinchamos en "Terminar proceso"
5. Desincronización de audio/vídeo
Aunque en la captura no se pierda ningún cuadro, como en la imágen que incluyo a continuación, (Ver 5 Detalles de la captura) es posible que la velocidad de fotogramas final no sea la establecida, es decir, que no capturemos los 25 cuadros por segundo que marcamos, sino un poco menos (o a veces un poco más) ¿¿Cómo es esto posible si no se han perdido cuadros en la captura?? ¿¿Cómo es posible capturar cuadros de más??
En teoría, si todo va bien no debería de haber ningún problema de sincronización, es decir, si capturamos 40 segundos, lo normal es que tengamos 40 segundos de audio y 1.000 cuadros de vídeo. Sin embargo hay ocasiones en las que esto no sucede así. El ordenador trabaja el vídeo por un lado (la capturadora) y el audio por otro (tarjeta de sonido) para acabar mezclándolos en el archivo AVI de la captura y a veces ocurre que audio y vídeo no se acaban entrelazando de manera correcta.
Según mi experiencia y algunos comentarios, los problemas más comunes suelen los siguientes orígenes (en orden de probabilidad):
- La señal origen de la captura
está
debilidata por:
· ser cintas de
vídeo
(en especial VHS) muy gastadas
· llegar a
través
de un cable muy largo (+10 metros) o con una mala conexión
· el propio aparato
de
vídeo que no manda bien la señal. (sobretodo con
vídeos
"mono")
- La propia capturadora, que directamente no separa
o
procesa correctamente las pistas.
- Una tarjeta de sonido de poca calidad que no se
"pone
de acuerdo" con la tarjeta capturadora de vídeo para sincronizar
ambas
pistas.
- La placa base no comunica los distintos
componentes
integrantes en la captura con la suficiente
velocidad/sincronización,
aunque esto último sería muy difícil de comprobar.
Mis comienzos en esto de la captura de vídeo fueron, como los de casi todos, de locura. En mi caso en concreto el motivo fue que usaba un cable Euroconector de mala calidad, con malas conexiones, que mandaba incorrectamente la sincronización audio/vídeo a la tarjeta, haciendo IMPOSIBLE la captura desde VHS. Sin embargo, nunca me dió problemas al capturar desde Vídeo-8 porque usaba otro cable distinto.
Aunque el problema de desincronización suele estar centrado en algún componente de hardware, tenemos la posibilidad de modificar algunos parámetros de modo que este efecto quede minimizado (Ver Capture apartados "Settings" y "Disk I/O). No doy "receta" de configuración porque, sencillamente, no la hay. Cada equipo es un mundo para ajustar estos parámetros. Reducir el búfer de vídeo puede ayudarnos si el audio se atrasa con respecto la imágen y viceversa, pero puede ser complicado hallar la mejor relación. Cambiando los parámetros de los búferes podremos conseguir que la desincronización tarde más en presentarse, pero no nos engañemos, si hay desincronización antes o después aparecerá y sólo podremos evitarla haciendo capturas de corta duración. Otro motivo más para capturar en secuencias cortas.
Aún con todo, en el peor de los casos, si necesitamos desesperadamente realizar una captura desde una fuente que nos da mil problemas de sincronización todavía queda un último recurso: hacerlo al estilo "hollywood". Si alguien se ha preguntado alguna vez por la utilidad de la famosa "claqueta" de cine, es algo más que una pizarra dónde apuntar el número de escena y toma. Del mismo modo que no se le puede añadir sonido a un carrete de fotos, tampoco se le puede añadir a un carrete en movimiento, como el que se usa en una cámara de cine. El sonido se graba en un aparato independiente y posteriormente se sincroniza en el montaje. He aquí que entra en juego la claqueta, para sincronizar audio/vídeo a la perfección tan sólo hay que buscar el fotograma EXACTO en el que la claqueta se cierra por completo y mover la pista de sonido para que se escuche el chasquido de cerrarla justo en ese momento.
Una de las ventajas de la edición de
vídeo
no-lineal es que permite una manipulación del vídeo con
precisión
de un fotograma de modo que, aunque no tengamos claqueta, si capturamos
el
vídeo sin sonido por un lado, y el audio sin vídeo por
otro,
no es demasiado difícil ajustarlos posteriormente en el programa
de edición que utilicemos. De hecho, es algo más que
recomendable
si estamos grabando un "corto" o algo por el estilo. Grabar el audio
con
el micro de la cámara no siempre será la mejor
opción.
Si usamos un micro y una grabadora independiente tendremos que
sincronizarlos
posteriormente, pero a cambio tendremos una MUCHÍSIMA más
calidad
y claridad de sonido al poder situar el micro (aunque sea escondido) en
el
lugar adecuado.
Cuando usamos el modo "Overlay" (superposición) el vídeo es transferido directamente a la memoria de la tarjeta de vídeo, mientras que al usar el modo "Preview" (vista previa) el vídeo recogido por la capturadora es enviada a la memoria principal del equipo y de ahí se envía a intervalos regurales a la memoria de la tarjeta gráfica.
La ventaja de usar el modo Overlay es que al haber un flujo directo de datos entre la capturadora y la tarjeta de vídeo sin pasar por la memoria del equipo se consigue una actualización más rápida del vídeo en pantalla, pero por contra eso perjudica a la hora de la captura, porque ese flujo de datos entre la capturadora y la tarjeta de vídeo tiene preferencia sobre otros procesos, como el traspaso de datos desde la capturadora hacia el disco duro. Por eso es conveniente desactivar el modo "Overlay" durante la captura, especialmente en equipos poco potentes.
Con la opción "Preview" la
imágen
tan sólo se actualiza en pantalla cuando el ordenador tiene
recursos
suficientes. Esto provoca saltos y degradación en la
calidad
de la imágen durante la captura sobretodo, pero a cambio se
preserva
mejor el flujo de datos entre capturadora y disco duro. Si capturamos a
mucha
resolución o en equipos poco potentes puede que incluso tengamos
que
desactivar esta opción para que no hayan pérdidas de
cuadros.
7. Se graba el
vídeo,
pero no el audio
7.1
Seleccionando
la entrada de audio correcta
Nuestra tarjeta de sonido puede recoger el audio
de
la entrada en línea (line-in), entrada de micro (microphone),
entrada
MIDI (el puerto del Joystick) además de grabar los sonidos que
Windows
produce (WAV, o mezcla analógica)) El problema radica en que la
tarjeta
de sonido no escucha todas esas entradas de audio a la vez y hemos de
indicarle
al sistema cuál es la que nosotros queremos que utilice. Para
ello
hacemos doble clic sobre el icono del alatavoz de Windows (abajo a la
derecha,
junto al reloj) También podemos pinchar con el derecho y
seleccionar "Ajustar controles de volúmen"